Una vez que se arregle este tinglado ocasionado por el precio de la energía, que las aguas discurran por sus causes normales, habrá que ponerse a reflexionar seriamente.
Soy un usuario normal, como tantos, del trasporte público y de mi utilitario para desplazarme a mis quehaceres normales.
A mí me parece bien que el derecho a la huelga sea un derecho de todos los ciudadanos, pero cuando ese derecho perjudica el mío y el de que ni le va ni le viene el motivo de la huelga, ya deja de ser un derecho y se convierte de facto en un chantaje sobre mi derecho y el de los demás.
Jamás se me ocurriría coger mi vehículo y hacer piña en una manifestación para recortar el derecho de los demás ciudadanos, todo lo más que haría sería manifestarme pacíficamente y procurar no lesionar los derechos ajenos.
Me asombra ver a personas que conducen vehículos de alto tonelaje, que son de su propiedad, colapsar las carreteras y las calles de las ciudades, obturando la circulación en defensa de unos intereses justa o injustamente reclamados.
Pero lo que más sorpresa me causa es que la ley permita que una licencia de S. P. (Servicio Público) sea usada para colapsar las calles y carreteras de este país. Y me asombra todavía mucho más, cuando son vehículos de grandes proporciones y alto tonelaje, que en sus desplazamientos sin Orden de Carga y vacios, pudieran provocar accidentes desagradables y lamentables.
Una Orden de Carga que contemplara los siguientes supuestos, que demostrara que se encuentra en ruta, bien sea para entregar o cargar, o bien, demostrar en su caso que circula vacio en ruta hacia taller por reparación o avería, en ruta hacia su domicilio particular o cochera propia.
Creo sinceramente, que la licencia de Servicio Público de Transporte por carretera, si no es en ciertas condiciones, no debería de circular por carretera, autovías ni autopistas y mucho menos para parar el pulso de un estado Democrático.
Pienso que se debería legislar en este sentido, ya que, saldrían beneficiados todos en general, los mismos transportistas y los ciudadanos.
tarteso
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